UNA COMARCA CON PERSONALIDAD

El Cerrato es una comarca natural que se extiende por 3.200 km2 de las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid. Históricamente, la comarca constituía la Merindad menor del Cerrato o Meryndat de Çerrato, uno de los territorios administrativos en los que se dividió la Corona de Castilla para facilitar su gestión. Estaba formada por el territorio y la población que comprendía 91 núcleos de población y 2 monasterios. Hubo tres villas que se constituyeron a modo de concejo en capitales administrativas de núcleos de población cercanos, como fueron Castroverde, Palenzuela y Torresandino.

Respecto a sus fronteras, limita al norte con las comarcas de Tierra de Campos (Palencia) y Campo de Castrojeriz (Burgos), mientras que al sur lo hace con la Tierra de Pinares y la Ribera del Duero (Valladolid). Por el este con las zonas burgalesas del Arlanza y del Alto Esgueva, mientras que por el oeste con Tierra de Campos, los Montes Torozos y la Campiña del Pisuerga en territorio vallisoletano.

En torno a Palenzuela se han encontrado multitud de restos arqueológicos del neolítico y la Edad de Bronce. En el siglo III a. C. tanto allí como en Tariego se levantaron castros aprovechando los cerros cercanos. Fueron los arévacos quienes fundaron un asentamiento cercano a la actual localidad de Palenzuela originando el término de Pallantia. Los pueblos celtíberos de la zona se defendieron de la invasión romana hasta la llegada de Pompeyo en el 72 a. C. quien acabó por arrasar la ciudad prendiéndola fuego.

El Cerrato volvería a ser parte activa de la historia durante la Edad Media por su importancia dentro de Castilla, con figuras relevantes para la historia como Tomás de Torquemada, por ser lugar predilecto de los Reyes Católicos, como escenario del cortejo fúnebre de Juana I, o por su participación en la Guerra de las Comunidades con el Obispo Acuña al frente.

De importancia histórica es la obra del Canal de Castilla y sus esclusas, cuyas aguas discurren tranquilas por los municipios de Villamuriel de Cerrato y de Dueñas, que sirvió para transportar mercancías a partir del siglo XVIII y cuyas obras se vieron paralizadas tras la invasión napoleónica. Como gran parte de España, el Cerrato se convierte en campo de batalla durante la guerra de independencia con el Duque de Wellington recorriendo nuestras tierras.

Años después, durante la segunda guerra carlista, sus cerros servirán de promontorios donde situar las torres de telégrafo óptico que perduran hoy en día.

EL CERRATO PALENTINO

La parte palentina ocupa 1534 km2 con una población que ronda los 25.000 habitantes, repartida entre 41 localidades, de las cuales Dueñas cuenta con el título de ciudad concedido por Alfonso XIII en 1928. Aunque desde el siglo XV es Baltanás quien detenta la capitalidad de la Merindad del Cerrato por nombramiento de los Reyes Católicos.

Se trata de la comarca que mejor representa la esencia castellana, con tradiciones inalterables a lo largo de los años y un paisaje y patrimonio cultural casi desconocido para el gran público. De esta forma, podemos decir que el potencial de desarrollo turístico del Cerrato es incuestionable.

ECONOMÍA DE LA COMARCA

Las tierras del Cerrato se dedican en su mayoría a la agricultura de secano y, en menor medida, a la de regadío. El cultivo de trigo, cebada y avena es el predominante en nuestros campos, al que acompañan también las leguminosas.

Para afianzar el poder real, los Reyes Católicos, impulsores del cultivo de la vid en España, derribaron castillos cuyo espacio y pasadizos subterráneos fueron ocupados por los vecinos de las villas para hacer sus bodegas. En su mayor parte, el cultivo de la uva se destinaba a un consumo interno de la población hasta mediados del siglo XX en que la acción del insecto Daktulosphaira vitifoliae (filoxera), redujo la producción vitivinícola. Aun así, perduran bodegas de excelente calidad en la elaboración de vino, especialmente en Palenzuela, Torquemada y Dueñas.

Son también conocidos en la comarca productos propios de la huerta como el Pimiento de Torquemada que celebra su feria anual a mediados del mes de septiembre, y la cebolla horcal de Palenzuela cuya fiesta de exaltación se organiza el segundo domingo de octubre.

Sin embargo, marca el curso económico de la comarca la presencia desde 1977 de Renault en Villamuriel de Cerrato, contribuyendo a dinamizar el empleo del Cerrato y de la capital, y atrayendo empresas auxiliares destinadas a la fabricación de componentes para la automoción.

Destacamos por su tamaño los polígonos industriales de Villamuriel, Venta de Baños o Dueñas, con presencia entre otras de importantes empresas de alimentación. Además la comarca cuenta con polígonos más pequeños, pero con infraestructuras suficientes para la atracción de nuevas empresas, apoyados en su cercanía a la Autovía A-62, tales como los de Magaz de Pisuerga, Baltanás o Torquemada.

Completan el sector productivo pequeñas industrias de elaboración de productos alimentarios como quesos, miel, o dulces tradicionales, y talleres artesanos que tratan de guardar la tradición de oficios ancestrales.

Por último, y no menos importante es el sector servicios. En El Cerrato disfrutamos con restaurantes de gran nivel, donde degustar comida tradicional de la zona. Así mismo, existe una variada red de alojamientos que incluyen desde casas cuevas a fincas de recreo, pasando por los más modernos hoteles.

El Cerrato volvería a ser parte activa de la historia durante la Edad Media por su importancia dentro de Castilla, con figuras relevantes para la historia como Tomás de Torquemada, por ser lugar predilecto de los Reyes Católicos, como escenario del cortejo fúnebre de Juana I, o por su participación en la Guerra de las Comunidades con el Obispo Acuña al frente.