Si bien hoy nos encontramos con una estampa de un Cerrato seco y en parte desolado sobre todo por la acción continua de la agricultura que favorece la deforestación, siempre fue tierra propicia para actividades como el pastoreo o la provisión de leña para sus moradores. De hecho, hemos de hacer referencia a la existencia de prado y boscaje autóctonos aprovechados para pasto estacional, en primavera y otoño para los rebaños ovinos de la especie churra. Históricamente, queda patente la existencia de tupidos bosques de especies de roble rebollo, enebro, carrasca o quejigo y encina.

Dentro de la rica fauna existente en sus tierras encontramos gran abanico de aves: rapaces como el aguilucho cenizo, el azor o el cernícalo, abubillas, perdices torcaces, alondras, calandrias, collalbas, mochuelos, lechuzas, etc… así como gran número de especies de reptiles como los lagartos ibéricos, eslizones, bastardas y escalera. Mención especial deben recibir roedores como los topillos y mamíferos como el zorro, jabalí, conejo y liebre. Y dentro del agua truchas, barbos y el cada vez menos numeroso cangrejo.